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Estrategias para aumentar el consumo en condiciones de estrés por calor (I)

¿Qué estrategias nutricionales podemos utilizar para aumentar el consumo en condiciones de estrés por calor?

Varios enfoques dietéticos o estrategias alimenticias han sido utilizados para mejorar el efecto negativo del estrés por calor con distintos grados de éxito.

 

Modificaciones en la composición de macronutrientes

El aumento de calor debido a la utilización metabólica de proteína bruta o fibra, es mayor que el relativo al almidón o la grasa.

El aumento de calor de la proteína bruta está parcialmente relacionado con la desaminación del exceso de aminoácidos para la síntesis de urea y con un mayor recambio proteico. Las pérdidas de calor asociadas a la utilización metabólica de la fibra digestible están principalmente relacionadas con la producción de gases, el calor de la fermentación y con la producción de ATP. La producción de ATP a partir de la oxidación de ácidos grasos de cadena corta es menos eficiente en comparación con la producción de ATP a partir de la oxidación de la glucosa.

A partir de lo anterior, se ha sugerido que dietas bajas en proteína o en fibra deberían atenuar la disminución del consumo debido al estrés térmico. Además, la reducción de la fibra dietética disminuye a su vez la densidad de la dieta lo cual estimularía el consumo.

En la práctica, disponemos de dos estrategias nutricionales principales para minimizar la reducción del consumo de energía y nutrientes bajo estrés por calor:

  1. Utilizar dietas concentradas en energía o proteína para compensar el bajo consumo de materia seca.
  2. Utilizar dietas que generen poco calor metabólico para mejorar el consumo de materia seca.

En cerdos, una reducción del contenido en proteína bruta de la dieta sin una suplementación con aminoácidos sintéticos resulta en una fuerte reducción del crecimiento debido a un desequilibrio de los aminoácidos (Renaudeau, 2008).

Renaudeau (2001) demostró un aumento numérico de aproximadamente 8 MJ en el consumo diario de energía y una reducción del 30% de la pérdida de peso en cerdas multíparas mantenidas a 29ºC utilizando una dieta con la combinación de un nivel reducido de proteína bruta (del 17,6 al 14,2%) y un aumento del contenido en grasa (+4%).

Algunos resultados indican que el equilibrio óptimo de aminoácidos para la cerda lactante cambiaría durante el estrés térmico. La composición de aminoácidos de los tejidos maternales movilizados durante el período de lactación para la síntesis de leche difiere ampliamente de la de la leche.

Utilizando este concepto, la mejora de la calidad de la proteína podría entonces ser una solución atractiva para mejorar el efecto del estrés térmico sobre la movilización de reservas corporales maternales y el rendimiento reproductivo post-destete, especialmente en cerdas primíparas.

 

Modificaciones en la composición de micronutrientes

El desarrollo de estrategias nutricionales para enfrentarse al estrés por calor también debe considerar los trastornos metabólicos, fisiológicos e inmunológicos inducidos por el estrés térmico. Como resultado del jadeo, el equilibrio ácido-básico de la sangre se altera en animales bajo estrés por calor.

Adicionalmente, de acuerdo con el hecho de que el estrés térmico puede inducir lesiones oxidativas, una suplementación con vitaminas y antioxidantes podría tener efectos beneficiosos sobre el rendimiento de animales bajo estrés por calor. Zhao y Guo (2005) demostraron que la suplementación con Selenio y Vitamina E mejoró la resistencia de los cerdos frente a altas temperaturas.

 

Estrategias alimentarias

Algunas modificaciones lógicas y relativamente simples en los programas alimenticios pueden ayudar a los animales a enfrentarse al estrés por calor. El fraccionamiento de los aportes diarios en tres comidas (en lugar de dos) puede permitir estimular a la cerda. En este caso, debemos privilegiar la distribución de alimento en los períodos más frescos del día.

Tolva 1

 

Manejo del agua

El agua es un nutriente esencial para las especies ganaderas. El consumo de agua durante el estrés por calor es un factor limitante para la supervivencia y el rendimiento, puesto que el agua juega un papel fundamental en el sistema de intercambio de calor para la regulación de la temperatura y el mantenimiento del balance hídrico.

Bajo condiciones de calor, las pérdidas de agua aumentan, y el agua ingerida a través del pienso y producida por el metabolismo se reduce. Consecuentemente, el consumo de agua de bebida tiene que aumentar para cubrir las necesidades del animal bajo estrés por calor. Si además el agua es fría, también ayuda a la cerda a disipar calor, por lo que el efecto positivo será incluso mayor.

En el caso de la alimentación líquida, más que aumentar la tasa de dilución del alimento, la distribución de una comida separada solamente con agua permitirá cubrir las necesidades.

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