Relación de las micotoxinas y la salud intestinal

M.V Fabián Torres

Equipo técnico comercial,

Costa Rica y Panamá

Nuestros sistemas de producción porcina se enfrentan hoy en día a una serie de retos que se deben entender y abordar integralmente para, de esta manera, maximizar la productividad y la rentabilidad de las explotaciones. Uno de esos grandes desafíos es la presencia de micotoxinas en las materias primas que se utilizan para la elaboración de alimentos balanceados de los animales de producción.

El objetivo de la presente nota es comprender cuál es la interacción de las micotoxinas con la microbiota y salud intestinal para así establecer estrategias conscientes de control, prevención y maximización en el aprovechamiento de los recursos. Dado que como menciona Broom (2015), el intestino es, sin dudas, la clave entre la ingesta de micotoxinas y sus efectos nocivos en el animal. El fundamento de esto radica en que la relación de estas dos es bidireccional, ya que como se discutirá más adelante, por un lado las micotoxinas ejercen efectos nocivos sobre la funcionalidad del tracto gastrointestinal, pero al mismo tiempo, una microbiota intestinal equilibrada tiene la capacidad de contrarrestar esos efectos. Liew & Mohd-Redzwan (2018).

Micotoxinas y sus efectos a nivel intestinal

Las micotoxinas son metabolitos secundarios producidos por algunos géneros de hongos, las cuales tienen la capacidad de ocasionar toxicidad aguda o crónica cuando son consumidas por los animales (Zhao, et al. 2022). La sintomatología y los órganos afectados dependen en buena medida del tipo de micotoxina presente, de la dosis ingerida, de la posible combinación de diferentes tipos de micotoxina, del tiempo de exposición, de la especie animal y la edad o estado fisiológico en el que se encuentre el animal, sin embargo, Liew & Mohd-Redzwan (2018) mencionan que hay múltiples estudios que demuestran que las principales micotoxinas de interés en salud animal (DON, Aflatoxina, Fumonisina, Zearalenona, Ocratoxina y Toxina T2) tienen un impacto directo y negativo sobre la salud intestinal de los animales, alterando sus funciones principales de digestión de alimentos, absorción de nutrientes, eliminación de desechos, además de que interfiere con la adecuada función inmunológica que desempeña el tracto gastrointestinal. En la figura 1. Antonissen, et al (2014) detalla que los principales mecanismos por los que las micotoxinas afectan la salud del intestino son: alterando la permeabilidad intestinal, modificando la secreción de muco, interfiriendo en la respuesta inmune local, modificando la composición de la microbiota causando disbiosis, interfiriendo en receptores de las células epiteliales donde, por ejemplo DON, puede bloquear los receptores de glucosa de los trasportadores GLUT en la membrana de los enterocitos.

Todo lo expuesto conduce a que la estructura y funcionalidad intestinal se vea interrumpida y, además, da paso a alteraciones en otros órganos y sistemas como el inmune, que se verá comprometido para ejercer su función de defensa e incluso en su capacidad de respuesta ante planes vacunales. De este modo, los efectos de las micotoxinas son nefastos no solo a nivel intestinal, sino que además permiten el daño a otros niveles.

Microbiota y sus efectos sobre las micotoxinas

En los últimos años y cada vez con mayor enfoque se le ha estado dando un lugar importante al rol que cumple la microbiota intestinal en la salud y productividad de los cerdos, ya que ha sido demostrado que esta es crucial desempeñando funciones como: barrera competitiva frente a patógenos, digestión de nutrientes, síntesis de enzimas, vitaminas, aminoácidos y también juega un importante papel en la salud general de los animales, estando ligada de manera estrecha al sistema inmunológico y endocrino. Ahora bien, en lo que respecta a las micotoxinas, se sabe con certeza que un microbioma saludable y equilibrado puede representar un medio de soporte clave en el plan integral de control de micotoxicosis, ya que este puede ejercer control por los siguientes mecanismos que relata Anal et al (2021) en la figura 2.

Figura 2. Rol del microbioma en el combate de las micotoxinas (Anal et al 2021).

Entender esto es importante para establecer medidas y prácticas que permitan fortalecer el funcionamiento del tracto gastrointestinal y su microbioma, ya que muchas de las tareas que se realizan en la producción porcina podrían ir en detrimento de la integridad intestinal como lo son: el uso indiscriminado de antimicrobianos y por los desafíos de manejo como lo es el destete o periodos de estrés, o bien, por procesos infecciosos o tóxicos como en el caso de la micotoxicosis que se detalló anteriormente en este artículo.

Enfoque integral en el control de las micotoxinas

La problemática de las micotoxinas se debe enfrentar de manera holística, primeramente, evitando, en la medida de lo posible, la exposición de los animales a las mismas, utilizando materias primas con niveles bajos de contaminación, lo cual no siempre es posible. También es importante conocer mediante un sistema de monitoreo cuáles son las micotoxinas presentes en las materias primas y en qué niveles se les encuentra; esto permite estar mejor preparados en la toma de decisiones anticipándose a posibles consecuencias negativas. Del mismo modo, hoy se vuelve patente utilizar algún aditivo en el alimento balanceado que sea eficaz en anular los efectos nocivos de las micotoxinas. En el mercado hay una amplia variedad de opciones para este fin, sin embargo, la eficacia puede variar ampliamente entre uno y otro. Lo ideal es el uso de productos que tengan especificidad por las principales micotoxinas implicadas en salud animal. En ese sentido, Detoxa Plus® de la línea BV Science, representa las características ideales ya que aplica biotecnología al control de las micotoxinas reduciendo la incidencia de enfermedades reproductivas, gastrointestinales y respiratorias, además de aumentar la eficacia de los tratamientos antimicrobianos e inmunológicos. Finalmente, no se debe dejar de lado el importante rol que puede desempañar un intestino sano, por lo que se puede hacer uso de estrategias nutricionales para dar soporte a este último punto, como el caso de los prebióticos y probióticos que han demostrado tener amplios beneficios en la integridad intestinal.

En conclusión, se debe trabajar en el círculo vicioso entre micotoxinas y sus efectos nocivos en la salud intestinal que a su vez acarrea otros problemas de salud más generales y, en su lugar, convertirlo en un círculo virtuoso con un control consciente, integral y efectivo con el que se obtendrá prevención, salud intestinal y productividad, maximizando y potenciado el uso de los recursos ya disponibles.

Referencias bibliográficas:

• Anal, A. K., Koirala, S., & Shrestha, S. (2021). Gut microbiome and their possible roles in combating mycotoxins. Mycotoxins Food Beverages; CRC Press: Boca Raton, FL, USA, 213-235.
• Antonissen, G., Martel, A., Pasmans, F., Ducatelle, R., Verbrugghe, E., Vandenbroucke, V., ... & Croubels, S. (2014). The impact of Fusarium mycotoxins on human and animal host susceptibility to infectious diseases. Toxins, 6(2), 430-452.
• Broom, L. (2015). Mycotoxins and the intestine. Animal Nutrition, 1(4), 262-265.
• Liew, W. P. P., & Mohd-Redzwan, S. (2018). Mycotoxin: Its impact on gut health and microbiota. Frontiers in cellular and infection microbiology, 8, 60.
• Liu, M., Zhao, L., Gong, G., Zhang, L., Shi, L., Dai, J., ... & Sun, L. (2022). Invited review: Remediation strategies for mycotoxin control in feed. Journal of animal science and biotechnology, 13(1), 1-16.