Peso al nacer y el sesgo de la hiperprolificidad
Peso del lechón al nacer
Existen diversos factores considerados importantes para el futuro de la productividad y la rentabilidad de las operaciones en el mercado porcino, en todo el mundo. Notoriamente, el aumento del número de animales destetados/cerda/año y el mantenimiento de pesos de venta que satisfagan las demandas de un mercado cada vez más exigente.
La mortalidad, siendo un tema de amplio interés económico y de preocupación por el bienestar animal, es el foco de los técnicos en campo y es ampliamente estudiada por la academia; y entre todos los períodos de cría, aquel en el que hay mayor concentración de ocurrencias de muerte y, por lo tanto, exige mayor atención, es el período pre-destete. En cifras actuales, los niveles de mortalidad pre-destete en las producciones comerciales han aumentado sensiblemente, alcanzando promedios alrededor del 10% en relación con los lechones nacidos vivos (CAMARGO et al., 2020).
Además, el seguimiento del peso del lechón al nacer tiene gran relevancia en el estudio del rendimiento, sobre todo en un escenario de aumento del número de lechones nacidos. Siendo el peso del lechón al nacer el índice de medición más temprano de la vida productiva del lechón, está sujeto a ser el que los técnicos utilizan como criterio de clasificación. De hecho, esto ocurre, comúnmente, aún durante la lactancia, cuando los lechones son normalmente segregados en grupos según su peso. En este sentido, la atención se centra en los lechones de bajo peso, que normalmente presentan un elevado riesgo de padecer enfermedades infecciosas, trastornos metabólicos asociados a la homeostasis de la glucosa y bajas tasas de supervivencia. Los lechones que sobreviven pueden presentar alguna compensación en la ganancia de peso, pero, comúnmente, presentan un crecimiento más lento y peores índices de conversión alimenticia, ganancia de peso, características de la canal y calidad de la carne (STANGE et al., 2020).
Características de los lechones de bajo peso y eventuales consecuencias sobre el rendimiento subsiguiente
Los lechones de bajo peso tienen características marcadas, como un crecimiento muscular perjudicado por un menor número de fibras musculares, producción hormonal atípica y un patrón metabólico, sobre todo el energético, distinto (HU et al., 2020). Presentan, además, una mayor demanda nutricional, sobre todo en kcal/kg de peso vivo, debido a su mayor superficie de contacto y reducida capacidad estomacal total, en promedio un 55% menor, en relación con lechones con peso normal ya al nacimiento.
La baja capacidad estomacal conduce a un menor aprovechamiento de la colostración, si se compara con lechones de peso normal, lo que explica – al menos en parte – la mayor mortalidad de lechones ligeros en las primeras 24 horas de vida (LYNEGAARD et al., 2020). A los que sobreviven a este período, les queda la necesidad de un mayor número de visitas a la teta y un menor tiempo dedicado al calentamiento, además del aumento del riesgo de muertes por aplastamiento de esta categoría de lechones. Complementariamente, el 48% de los lechones que mueren durante la lactancia tienen el estómago vacío (HALES et al., 2013) y el 72% de los lechones que mueren hasta el cuarto día no consumieron calostro (DAMM et al., 2005), lo que evidencia una clara incapacidad de nutrición neonatal en estos lechones.
Los lechones de bajo peso aún presentan un menor desarrollo de la estructura intestinal, asociado a una digestión deficiente y un deterioro de la función de barrera a nivel del intestino delgado (AYUSO et al., 2021), características que resultan de la interrupción de la diferenciación y proliferación celular durante la gestación.

Estudios internos de Agroceres Multimix – con más de 3.500 lechones evaluados individualmente – demostraron que los lechones nacidos con peso inferior a 1,2 kg presentan probabilidades de eliminación significativamente mayores que los lechones nacidos por encima de este rango hasta la salida de la guardería. Asimismo, el aumento del riesgo de eliminaciones se eleva exponencialmente cuanto menor es el peso del lechón al nacer (Figura 1). Los estudios también evidenciaron que cada 100g menos de peso al nacer pueden reflejarse en hasta 1,4kg menos al sacrificio. Esto se explica en parte por el análisis de la composición corporal de los lechones nacidos ligeros, que revela un menor contenido de proteínas y grasas corporales en detrimento de un mayor contenido de agua (STANGE et al., 2020).

Figura 1. Probabilidad de eliminación (muertes y transferencia por rechazo) de lechones hasta la salida de la guardería, en función del peso al nacer.
- Probabilidad de remoción (%)
- Probabilidad de remoción hasta los 63 días en relación con el peso al nacer
- Peso al nacer, kg
La relación del peso al nacer con la mortalidad en el período pre-destete
Es sabido que características como piel cianótica, tiempo de reposo extenso inmediatamente después del nacimiento (> 5 minutos), cordones umbilicales rotos al nacimiento, orden de nacimiento elevada (> 9 lechones), bajo peso al nacer (< 1,0 kg) y baja temperatura rectal en las primeras 24 horas (< 38,1 °C) son algunos indicadores comunes de viabilidad reducida y mayor probabilidad de muerte de lechones individuales durante la primera semana de vida (PANZARDI et al., 2013). Sin embargo, tasas de supervivencia reducidas en el pre-destete se observan también en lechones provenientes de camadas de cerdas más viejas y numerosas (VANDE POL et al., 2021a), lo que pone de manifiesto un elemento de extrema importancia relacionado con las cerdas modernas: la hiperprolificidad.
Si por un lado la hiperprolificidad proporciona un mayor número de lechones nacidos en las granjas, por otro lado, acarrea una reducción en el peso promedio del lechón al nacer (Figura 2A) y un aumento de la variabilidad dentro de las camadas, con una mayor ocurrencia de lechones de bajo peso, sobre todo aquellos menores de 1 kg, que tendrán que competir con lechones más pesados por el acceso a las tetas durante la lactancia, lo que resulta, consecuentemente, en el aumento de los niveles de mortalidad pre-destete, particularmente para aquellos lechones de bajo peso (KOBEK-KJELDAGER et al., 2020). Recientes encuestas demuestran que las camadas con más de 14 lechones nacidos vivos tienen lechones un 11,7% más ligeros y un coeficiente de variación de ese peso 4,6 puntos porcentuales mayor (CHARNECA et al., 2021).
Se estima que entre el 10 y el 15% de los lechones nacidos presentan bajo peso y, entre ellos, la mortalidad pre-destete aumenta vertiginosamente cuanto menor es el lechón (Figura 2B), llegando al 80% de mortalidad en lechones de 0,5 kg de peso al nacer.

Figura 2. Relación entre el peso al nacer y el número de lechones nacidos totales (A; Vázquez-Gómez et al., 2020). Relación del peso al nacer con la mortalidad en el pre-destete (B; Zeng et al., 2019).
- Birth weight (kg) → Peso al nacer (kg)
- Number of total piglets born → Número total de lechones nacidos
- Mortalidade pré-desmame, % → Mortalidad predestete, %
- Peso ao nascer, kg → Peso al nacer, kg
El papel de la uniformización de las camadas en la reducción de la mortalidad pre-destete
La uniformización puede ser utilizada para igualar la variación de peso dentro de las camadas y para reducir la competencia entre lechones por el acceso a las tetas. Existe una serie de métodos y enfoques posibles para la realización de la uniformización de camadas y no hay consenso sobre sus efectos en el crecimiento y la supervivencia de los lechones (VANDE POL et al., 2021b).
En términos de crecimiento y mortalidad pre-destete, la uniformización de camadas con el objetivo de reducir la variación de peso al nacer dentro de una camada tiende a ser beneficiosa para lechones de bajo peso, pero puede ser perjudicial para lechones pesados (HUNTING et al., 2018; VANDE POL et al., 2021a), esto se debe a que la competencia entre lechones ligeros tiende a ser menos intensa, a diferencia de los lechones pesados que podrán desgastarse más en el establecimiento de la jerarquía en las tetas, pudiendo, por consecuencia, perder potencial de crecimiento a lo largo de la lactancia.

Tabla 2. Rendimiento productivo de lechones en diferentes rangos de peso al nacer, en camadas uniformizadas o mixtas (Adaptado de Vande Pol et al., 2021b).
La Tabla 2 demuestra que el resultado de la uniformización es inverso cuando tomamos las camadas ligeras y pesadas como referencia. Por un lado, la uniformización eleva la mortalidad de lechones pesados del 4,3% al 14,1%, pero reduce la ganancia de peso en un 17,4%. En lechones ligeros, la uniformización eleva la ganancia de peso un 8,7% y reduce la mortalidad del 38,4% al 21,7%. Estos datos aclaran que los lechones ligeros se benefician más de la uniformización de sus camadas.
A pesar de esto, las camadas que pasaron por el proceso de uniformización demuestran claramente resultados más consistentes de consumo de calostro y reducción en la tasa de mortalidad pre-destete, conforme se muestra en la Tabla 3, con un aumento en el consumo de calostro del orden del 5% y consecuente aumento del 22% en la concentración de inmunoglobulina (IgG) en los lechones. Esta combinación resulta en una reducción de 5,5 puntos porcentuales en la mortalidad pre-destete y un coeficiente de variación del peso al destete 8,6 puntos porcentuales menor que en camadas no uniformizadas.


Tabla 3. Resultados de rendimiento productivo de camadas uniformizadas
(Adaptado de Charneca et al., 2021. CV = coeficiente de variación).
Las perspectivas de mantenimiento de estos lechones de bajo peso en las granjas son tanto más positivas, mientras más atención se destina a esta categoría de lechones. El manejo post-parto es fundamental para la supervivencia y el consumo de calostro guiará la evolución de su peso. El consumo adecuado de calostro (> 200 g/lechón) proporciona el mantenimiento de la supervivencia de lechones de bajo peso por encima del 87% (MOREIRA et al., 2017), lo que presupone una complementación de las bajas reservas corporales al nacer.
Finalmente, teniendo en cuenta las diferentes respuestas expresadas por lechones de diferentes clases de peso a la uniformización de camadas, queda clara la importancia de este manejo para garantizar una mayor viabilidad, sobre todo en lechones ligeros. Sin embargo, es igualmente importante asegurar que los lechones pesados se mantengan en camadas con lechones medianos, para que tengan condiciones de expresar su máximo rendimiento y, una vez adoptada esta estrategia, nuevas perspectivas de atención a las camadas son posibles.
Así, recurrir a soportes nutricionales adecuados y a estímulos de succión más eficientes, asegurar la ingestión de calostro mediante el uso de sondas nasogástricas y emplear suplementos energéticos para mantener niveles glucémicos adecuados —con el objetivo de evitar la hipoglucemia neonatal— son prácticas válidas y necesarias para el éxito y la viabilidad de nuestras maternidades.
Por Felipe Norberto Alves Ferreira, nutricionista de cerdos en Agroceres Multimix.
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