El contenido en vitaminas de los alimentos se expresa en: microgramos (µg), miligramos (mg o, mg/kg = ppm), y Unidades Internacionales (UI).
La UI es una medida estandarizada que expresa la actividad vitamínica basada en su actividad biológica (su efecto final), en lugar de su cantidad.
La UI difiere de una vitamina a otra y está establecida por el Comité de Estandarización Biológica de la OMS. Existen dos razones para evaluar la actividad vitamínica en términos de UI en lugar de expresarla en unidades de peso:
Por ejemplo, existen tres formas químicas de aportar Vitamina A y cada una tiene diferentes equivalencias para cerdos:
| Retinol acetato (3a672a) | — | 1 U.I. = 0,344 µg retinol acetato | |
| Retinol palmitato (3a672b) | — | 1 U.I. = 0,5458 µg retinol palmitato | |
| Retinol propionato (3a672c) | — | 1 U.I. = 0,3585 µg retinol propionato | 
Determinar con exactitud las necesidades de vitaminas de los animales es imposible ya que se trata de compuestos que se encuentran en cantidades ínfimas en el organismo. Por ello, los valores que aparecen en las diferentes tablas de recomendaciones son obtenidos a partir de estimaciones que se realizan en base a dos criterios:
Las necesidades se estiman con base en pruebas experimentales de respuesta para poder conocer: 1) las necesidades mínimas, es decir, la cantidad mínima de vitamina diaria capaz de prevenir síntomas de deficiencias y, 2) para conocer las necesidades óptimas, es decir, la cantidad de vitamina diaria que necesita un animal recibir para alcanzar la máxima producción.
Las necesidades recomendadas en las tablas de recomendaciones nutricionales de referencia como FEDNA (2013) o NRC (2012) definen la cantidad de vitamina que hay que administrar (por día o por kg de alimento) a un cerdo para satisfacer sus necesidades mínimas con un margen de seguridad.
Es frecuente encontrar en las tablas un valor medio y un rango para cada vitamina.
Por ejemplo, FEDNA (2013) recomienda entre 6,0 y 8,5 M UI/kg de alimento de Vitamina A, recomendando 7,5 M UI/kg de alimento en alimentos balanceados para cerdos en crecimiento. La figura 1 ilustra cómo varía la respuesta del animal en función del nivel de vitaminas aportado en la dieta:

Además, factores como infecciones, niveles elevados de estrés o fases con elevados requerimientos a nivel metabólico como la lactancia o el post-destete pueden limitar la capacidad de absorber o producir ciertas vitaminas o modificar la respuesta del animal y desplazar los límites de cada zona. De hecho, diversos estudios han demostrado que la suplementación supranutricional, es decir, por encima de los niveles estándar recomendados, puede tener efectos beneficiosos adicionales. Esta estrategia puede mejorar la calidad de la carne gracias al efecto antioxidante de determinadas vitaminas, así como reforzar la capacidad antioxidante del organismo, reduciendo el estrés oxidativo y favoreciendo el bienestar animal (Liu et al., 2016; Smołucha et al., 2024).
En tiempos pretéritos, los alimentos balanceados se solían formular con una sobredosis de vitaminas; sin llegar a la zona 4 de tolerancia, los niveles prácticos comúnmente se situaban en el margen derecho de la zona 3 como consecuencia de que la disponibilidad de compuestos vitamínicos era abundante y el precio asequible.
Actualmente, la disponibilidad y calidad del producto en ocasiones se ven comprometidas, por lo que resulta conveniente revisar periódicamente la dosificación vitamínica.
Actualmente, las vitaminas se obtienen químicamente mediante procesos de fermentación microbiana (fermentación a gran escala utilizando microorganismos modificados o seleccionados por su alta capacidad de síntesis) o bien mediante síntesis química (utilización de rutas químicas sintéticas a partir de precursores petroquímicos o naturales). Ambos métodos permiten un estricto control tanto de la calidad como de la actividad de las vitaminas. Sin embargo, algunas vitaminas son sensibles a la acción de la humedad, el calor, la luz, los iones de metales pesados, el pH y los procesos de oxidación y reducción (Surson et al., 2011; Saensukjaroenphon et al., 2020; Saensukjaroenphon et al., 2022).
Así, en los correctores vitamínico-microminerales la estabilidad de la actividad vitamínica puede verse comprometida. Por lo tanto, es fundamental garantizar un almacenamiento adecuado y respetar las indicaciones del fabricante en cuanto a tiempos y condiciones de uso de los correctores vitamínico-microminerales.