En este mes de junio hemos visto como el precio del cerdo en España ha subido con firmeza y decisión al principio. En las cuatro sesiones de mercado hemos constatado las siguientes subidas: + EUR 0,010, + EUR 0,013 + EUR 0,005 + EUR 0,000 para un total acumulado de EUR 0,028/kilo. El desequilibrio entre la oferta y la demanda ha impuesto su ley. La sesión de ayer del mercado director de España (Mercolleida) ha mostrado una repetición como muestra de fatiga. Probablemente la subida del jueves 19 de junio será la última del verano. Como hemos comentado en meses anteriores, la carne no puede subir. Es más, en el transcurso del mes se ha comprobado que hay una tremenda lucha para vender la carne: nadie quiere congelar con el cerdo tan caro y se descuenta lo que haga falta en el precio de la carne. Particularmente complicado resulta vender los lomos. Además, el euro está muy fuerte con respecto al dólar y al yen con lo que la exportación a países terceros anda a la pata coja.
La planta de beneficio está entre la espada y la pared. Con la llegada de la canícula el crecimiento del ganado se retrasará, agravando la falta de oferta. Está muy claro que los beneficios deben reducirse; si los cerdos no están es inútil intentar buscarlos donde sea. Con el cerdo subiendo o repitiendo y la carne bajando, no hace falta ser ningún lince para concluir que el margen de las plantas de beneficio continúa degradándose. Se está produciendo una endiablada concatenación de factores negativos con consecuencias infaustas para quienes benefician y despiezan. Todo sucede muy deprisa.
En 2023, de abril a julio, los cerdos valieron en España EUR 2,02/kilo en vivo. Los resultados económicos de las plantas de beneficio a lo largo de estos cuatro meses fueron más que deficitarios, catastróficos. Este período tan negro es conocido en cenáculos profesionales y en argot como el “Gran Mal”. Probablemente la actual situación sea un calco de lo que pasó hace dos años.
No obstante, todo lo anterior, la vida sigue. El mercado obedece a leyes económicas de control imposible. Y algún día las aguas volverán a su cauce. Las plantas de beneficio deberán reducir su actividad para adecuarla a la escasez de oferta y el precio del cerdo bajará pues tales pérdidas son insostenibles en el tiempo.
En el otro lado del fiel de la balanza está la producción: sus resultados son muy brillantes y motivan a crecer como se pueda: adquisiciones de granjas o construir nuevas instalaciones donde sea factible. Se está produciendo una especie de burbuja en el precio de las plazas de granja. Cada vez es más complicado abrir nuevas granjas en territorio español y las existentes devienen, obviamente, un bien escaso y precioso.
Hemos entrado en el verano, la canícula parece garantizada (hasta ahora con temperaturas superiores a la media) y no se vislumbra ni se intuye ningún factor que pueda influir en un cambio, ni siquiera ligero, del actual statu quo. El precio del cerdo no puede subir, pero muestra mucha firmeza. El período de dificultad para la industria de beneficio y despiece persistirá. No vislumbramos ningún cambio significativo (léase caída del cerdo) hasta finales de agosto.
En Alemania, las autoridades de la Competencia han vetado la venta de tres plantas de Vion a Tonnie’s por entender que se produciría una situación de oligopolio (Tonnie’s tendría una posición demasiado predominante); está por ver cual será el destino de estas plantas. Nueve meses más tarde de la teórica venta habrá que dar macha atrás. Siguen las dificultades en una situación trufada de enigmas.
La UE en su conjunto tiene problemas para exportar a países terceros. En Brasil el cerdo vale, ahora mismo, entre EUR 1,34 y 1,31/ kilo vivo, casi 50 céntimos de euro menos que en España; en Canadá su precio es escandalosamente más barato: equivale a EUR 1,21/kilo vivo. En Estados Unidos sucede que hay menos cerdos que otros años y su mercado interior muestra signos de robustez con la carne encarrilada en un raid de subidas y el precio de sus cerdos está alineado con el de la mayoría de nuestros competidores europeos, siempre un escalón por debajo del precio español. La carne de cerdo española y, por extensión, la europea lo tiene muy difícil para hallar un hueco en los mercados mundiales. Brasil está ganando cuota de mercado en muchos países asiáticos a cuenta de España.
Como hemos comentado previamente alguna vez, el futuro de nuestras exportaciones se halla mucho más en la UE y países terceros europeos que no en el Sudeste Asiático. Tómese esta afirmación como un axioma: nos parece tan inexorable e inevitable como la fuerza de la gravedad.
Para terminar, reproduciremos una frase de Mario de Andrade, reputado y famoso literato brasileño: “La felicidad es tan opuesta a la vida que cuando estamos en ella, olvidamos que estamos viviendo”.
Guillem Burset