¿Qué ha cambiado en la epidemiología del Circovirus porcino?

Oliver Duran
06-abr-2020 (hace 4 años 13 días)

Entrevista a Oliver Duran, líder del equipo técnico porcino de Boehringer Ingelheim Animal Health.

¿Ha habido cambios en los protocolos de vacunación de reemplazo y reproductoras frente a PCV-2?

Hoy en día la vacunación del reemplazo es algo bastante establecido, no así la vacunación rutinaria de las madres que es menos frecuente. Al tratarse de una enfermedad con una epidemiologia donde hay tantos elementos involucrados, existen diferentes teorías: algunas teorías contemplan que la vacunación y una posterior infección por el virus presente en el ambiente, sería suficiente para generar una inmunidad sólida y que no se vea una inestabilidad en la granja.

Por otro lado, la aparición de lotes de primerizas seronegativas está documentada. Estas primerizas que llegan seronegativas a la granja de madres y por lo tanto plenamente susceptibles, son un riesgo. Cuando no se vacunan las hembras de reposición y la infección de campo es nula, debido a la constante presión de vacunación de los últimos 15 años, se puede llegar a una situación donde tengamos una granja de madres muy susceptible a PCV-2. Esto puede generar dos problemas: por un lado, en los animales de engorde generados por estas hembras y por otro lado, que las mismas hembras presenten problemas reproductivos. Estos dos problemas no tienen por qué venir juntos y no todas las granjas presentan problemas reproductivos.

Esto nos plantea la importancia de tener un buen plan continuo de monitorización, para valorar si la situación epidemiológica está cambiando, y realizar un manejo del análisis de riesgo. La implementación de la vacunación de rutina en madres te proporciona un nivel extra de seguridad y normalmente esta implementada por granjas que han tenido problemas reproductivos debidos a PCV-2. Cada circunstancia debe ser analizada de manera concreta.

Existe debate de cómo ha afectado la vacunación en masa de las granjas y la vacunación de las reproductoras a la epidemiología de la infección. ¿Qué opinas al respecto?

Este tema es controvertido, Hay casos donde se describe presencia de virus en el lechón al nacimiento, demostrando mucha transmisión de PCV-2 de la madre al lechón. Y en esos casos se ha demostrado que la vacunación masiva de las madres cambiaba la dinámica y se reducía la infección temprana en el lechón. Se han visto casos en USA, en España, pero no es algo global.

Cómo responden estos lechones, que nacen infectados con PCV-2 y protegidos con anticuerpos maternales, a la vacunación es algo difícil de replicar en el laboratorio para poder estudiarlo. Típicamente la epidemiología se presenta con casos clínicos tempranos (2-3 semanas post destete). Cuando las granjas que aplican la vacunación de rutina observan problemas clínicos de PMWS, lo primero es saber si las pautas de vacunación se realizaron correctamente o realmente el problema deriva de que los animales ya estaban infectados en el momento de la vacunación. Esta última situación se ha visto en casos esporádicos, pero no responde a la generalidad de los casos observados. Mis colegas y yo tenemos ocasión de ver casos donde la vacunación no se está realizando correctamente; ya sea por error humano (vacunación a dosis incompleta, vacunación incompleta de un lote o grupo, mala técnica de vacunación), por mal manejo del producto o falta completa de implementación de la vacunación.

Es importante insistir en que en el programa vacunal recomendado con Ingelvac CircoFLEX®, la vacunación de las madres nunca sustituye la vacunación de los lechones.

¿Cuándo debe plantearse una granja que quizás tenga un problema reproductivo relacionado con PCV-2?

Los cuadros típicos que se observan de forma más habitual son granjas que se están llenando, con una población enteramente formada por primerizas donde se observa que la granja no está obteniendo los resultados reproductivos que cabría esperar para la genética con la que trabaja. No debemos esperar grandes cuadros de abortos, nacidos muertos etc. Se trata más de una pérdida de eficiencia reproductiva que a veces resultas difícil de diagnosticar. En algunos casos puede parecerse a Parvovirosis, con un incremento del número de momias, que sin ser dramático puede detectarse si hay un buen sistema de recogida de datos (Foto 1).

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Para obtener un diagnóstico correcto es necesario una buena muestra de nacidos muertos y momias. La detección de lesiones histológicas en órganos, en combinación con la detección del antígeno, ya sea por PCR o por inmunohistoquímica, permite confirmar la infección por PCV-2.

¿Y cómo afecta la presencia de anticuerpos maternales a la eficacia de la vacunación del lechón?

Cada vacuna es distinta en su composición, adyuvante y en la forma que genera inmunidad, y todo ello afecta a cómo funciona en el campo. La pregunta sobre el funcionamiento de la vacuna en presencia de anticuerpos maternales no es nueva y recientemente hemos publicado nuevos datos (Figueras-Gourgues et al.) donde se evaluaba el comportamiento individual de lechones en presencia de distintos niveles de anticuerpos maternales en el momento de la vacunación (Bajo- Alto -Muy alto). En todos los casos los animales vacunados presentaban mejores datos en crecimiento en comparación con los no vacunados, independientemente del nivel de anticuerpos presentes en el momento de la vacunación. La vacunación del lechón en esa prueba (Ingelvac CircoFLEX®) mejoraba la Ganancia Media Diaria (GMD), reducía la mortalidad y la viremia por PCV-2 independientemente del nivel de anticuerpos maternales en el momento de la vacunación.

Estos buenos resultados de la vacunación en presencia de niveles altos de anticuerpos maternales probablemente vienen dados porque el objetivo de Ingelvac CircoFLEX® es generar una respuesta inmunitaria dirigida a la inmunidad celular, que parece ser no es tan susceptible a una respuesta que requiere más implicación de los anticuerpos. Estudios realizados en la Universidad de Viena demostraron protección debida a la generación de altos niveles de Células T de tipo CD4+ que inducen la producción de citoquinas efectivas contra PCV2 (Koenig et al 2015). Al contrario, se ha demostrado que elevados títulos de anticuerpos no neutralizantes no están correlacionados con protección (Tribble et al 2012). Este tipo de respuesta viene dada por el diseño de Ingelvac CircoFLEX® en relación al antígeno y sobre todo al adyuvante ImpranFLEX® que está muy dirigida a la inmunidad mediada por células y no tanto a los anticuerpos.

El conocimiento de las características básicas de la vacuna que usamos en la granja es importante para poder valorar otros elementos. Por ejemplo, este mayor enfoque en estimular la inmunidad mediada por células hace que los animales vacunados con Ingelvac CircoFLEX®, no expuestos a virus campo, no demuestran seroconversión en todos los cerdos en las pruebas comerciales de ELISA, pero sin embargo están protegidos contra PCV2.

¿Estamos controlando la infección subclínica por PCV-2?

Es difícil medir el impacto de la enfermedad subclínica ya que depende de infinidad de factores específicos para cada granja y son situaciones difíciles de replicar en el laboratorio. Sí que hemos visto situaciones donde, en contextos de precios muy bajos, granjas que recortaron el uso de la vacuna (por ejemplo, aplicando media dosis), observaron situaciones donde, quizás sin llegar a casos de mortalidad como en los cuadros típicos de PMWS, sí que se observaba una afectación importante en el crecimiento (Foto 2). Los veterinarios que sufrieron el PMWS antes de la aparición de la vacuna son plenamente conscientes del valor que la infección subclínica por PCV-2 tiene. Para los veterinarios más jóvenes, que no experimentaron el impacto de la enfermedad, básicamente se ha convertido en una vacuna de uso rutinario, con lo que les resulta más difícil dimensionar ese impacto.

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¿Disponen los veterinarios de buenas técnicas de diagnóstico?

Las técnicas existen, pero es importante utilizarlas e interpretarlas correctamente para poder sacar conclusiones validas que nos ayuden a encontrar una solución.

Es imprescindible siempre partir de un buen diagnóstico, lo que resulta cada vez más difícil en algunos sistemas con un creciente número de animales a controlar por veterinario. Vemos muchas veces un problema de falta de un diagnóstico realizado en profundidad, ya sea directamente por falta de confirmación diagnóstica, o por tratarse realmente de infecciones mixtas provocadas por varios patógenos. Al ver un animal que pierde peso en el post destete muchas veces se relaciona con PCV-2 y desmedro, cuando debemos recordar que hay muchas condiciones de manejo, nutrición, ambientales u otras patologías que pueden estar provocando cuadros clínicos relativamente similares al desmedro (Foto 3).

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Es importante combinar más de una técnica diagnóstica: PCR con histología, PCR junto con una buena evaluación clínica o la correcta realización de necropsias. Sacar conclusiones basados únicamente en resultados de PCR no proporciona suficiente información para poder aportar soluciones. Los PCR pueden detectar virus en cantidades extremadamente bajas, pero ¿qué quiere decir un PCR positivo a PCV-2 cuando sabemos que la vacunación no elimina completamente la presencia de virus? Técnicas más potentes de diagnóstico hacen necesaria una mayor necesidad de una correcta interpretación para no caer en conclusiones erróneas que nos alejan de una solución.

Las cepas de PCV-2 varían con el tiempo ¿Cómo afecta esto a la protección que podemos esperar de las vacunas?

Debemos estar siempre atentos a la aparición de nuevas cepas y nuevos serotipos. Boehringer Ingelheim dispone de un programa de seguimiento de nuevas cepas y virus. El objetivo de este programa es contrastar, cuando surge una nueva cepa, que las vacunas que tenemos actualmente en el mercado proporcionan una correcta protección frente a esas nuevas cepas o, en caso necesario tomar medidas para futuros desarrollos. Hasta ahora, mediante infecciones experimentales con las nuevas cepas de PCV-2 que han ido apareciendo, hemos podido demostrar que Ingelvac CircoFLEX® también cubre estas nuevas cepas. También obtenemos mucha información valiosa de las experiencias de nuestros clientes. Hemos realizado estudios en granjas donde la vacunación se puede considerar muy exitosa, con ausencia de casos clínicos, pero donde podemos detectar virus y vemos que el perfil genético de las cepas de PCV-2 es variado y aun así la vacuna funciona.

Pero el mundo de los virus es algo dinámico y este programa continuado de seguimiento, ya sea mediante la comunicación con nuestros clientes, así como la colaboración con grupos de investigación, es clave para estar informado de lo que pasa a pie de granja y poder estar preparado si se producen cambios.

También se han descrito los virus PCV-3 y recientemente PCV-4. ¿Sabemos qué implicaciones tienen estos virus?

PCV-3 y PCV-4 son virus muy distintos, con poca similaridad genética con PCV-2 y por ello no existe una expectativa de que las vacunas frente a PCV-2 sean eficaces frente a estos otros virus.

A día de hoy lo que se ha reportado son casos muy esporádicos de problemas asociados a PCV3, donde se describe una ligera afectación de las tasas reproductivas que no es fácil de detectar. También es cierto que se ha aislado PCV-3 de animales sanos y de granjas sin ningún problema. Pero muchas cosas pueden cambiar: la susceptibilidad de los cerdos, el propio virus u otros elementos. A modo de ejemplo, PCV-2 estaba presente en la población 20 años antes de que se originara el grave problema clínico que vivimos. Por ello creemos que es importante mantener esta vigilancia activa para estar lo mejor preparados por si surge algún cambio.

Respecto a PCV-4, este virus se ha descrito recientemente en China donde fue detectado en unos casos clínicos donde estaban presentes otras infecciones. Es pronto para saber si tendrá algún tipo de relevancia clínica.

¿Cuál sería el reto que el circovirus porcino plantea para el futuro?

No debemos olvidar el impacto que el desmedro supuso en la industria porcina, para que tengamos presente la necesidad de seguir implementando la vacunación frente a PCV-2 de forma correcta. Sabemos que los problemas volverían en el momento que se dejara de vacunar. Seguimos trabajando para definir ese programa de control ideal donde podemos sacar el máximo beneficio de la inversión que supone la vacuna y evitar las situaciones donde el coste de la vacuna se desperdicia, ya sea por defectos en la aplicación, en la pauta de vacunación o por no cubrir las distintas áreas de la granja: madres, engorde y reemplazo.

Para seguir aportando valor al cliente resulta imprescindible la comunicación que se establece con los veterinarios de campo, así como el trabajo que realizan nuestros colegas de forma directa con los clientes.

Otro reto que tenemos muy presente es el planteamiento de la sanidad de una granja en su conjunto y no tanto valorando virus o productos aislados. Buscar estrategias para maximizar la productividad considerando todos los retos en conjunto, en vez de valorar un virus concreto sin plantear la situación global. Esos planteamientos globales deben abordar todos los elementos relevantes que van desde la bioseguridad, un correcto flujo TD- TF, hasta la atención al detalle, todos ellos elementos importantes junto con la correcta elección y aplicación de la vacuna.