Efecto del manejo sobre el peso de los lechones al nacimiento

CT Opschoor, S Bloemhof, M Knauer, EF Knol. 2011. Management influences on birth weight, phase 2. TOPIGS

09-mar-2011 (hace 13 años 2 meses 8 días)

La selección de camadas más numerosas conlleva una reducción en el peso de los lechones (Roehe, 1999), según la base de datos de Topigs, de 30-50 g de reducción media por lechón extra. El peso al nacimiento tiene una heredabilidad baja, por lo que su variación viene explicada en su mayor parte por causas ambientales. La detección de estas causas puede resultar muy útil para compensar el descenso de peso producido por el aumento de la prolificidad.

Con la base de datos de Topigs se realizó un primer análisis (Opschoor et al., 2009) donde se detectó una diferencia de hasta 200 g de peso al nacimiento en granjas con genéticas y tamaños de camada similares.

Para investigar mejor dichas causas, se llevó a cabo una encuesta en 59 granjas danesas (41.130 cerdas). El número medio de lechones por camada fue de 14 lechonesy su peso medio de 1,36 kg.

Por cada 0,1 partos extra de la cerda, los lechones perdían 56 g.

Por lo que respecta a la lactación, no se observó relación alguna entre el consumo de las cerdas durante la lactación y el peso al nacimiento. Estas granjas tenían lactaciones relativamente largas (25 días) y con buenos consumos, lo que da tiempo al útero para recuperarse. El consumo total de grasa bruta durante la lactación sí que estuvo relacionado con el peso al nacimiento.

El consumo de alimento durante la inseminación sí que estuvo relacionado con el peso al nacimiento, lo que refuerza la idea de un flushing desde el destete hasta el nacimiento. Según los datos obtenidos, un incremento del consumo de 1 kg/día durante la inseminación comporta un aumento de 45 g sobre el peso al nacimiento. También la composición se mostró importante especialmente la lisina y la treonina digestibles.

El consumo de la cerda durante la gestación también estaba correlacionado con el peso al nacimiento. En este caso un aumento del consumo de 1 kg significaba 1,2 g más al nacimiento. La lisina total también se mostró importante.

Otros aspectos no significativos, pero sí interesantes numéricamente, de la encuesta fueron: las primerizas que habían pasado cuarentena parían lechones 39 g más pesados y las gestantes alojadas en grupos 61 g más que las alojadas en boxes. El uso de prostaglandinas en comparación al parto natural resultó en un descenso de 43 g. En un punto los ganaderos valoraban la higiene de su explotación, los que decían tener muy buena higiene tenían lechones 104 gramos más pesados que los que declaraban tenerla buena y 224 g más que los que la tenían normal. Este resultado refuerza la idea de la importancia del manejo sobre el peso al nacimiento.