Utilización de las proteínas de fase aguda como biomarcadores

C. Piñeiro. Estudio de las proteínas de fase aguda en el cerdo y su relación con los rendimientos productivos. XVIII Curso de Especialización FEDNA. Barcelona, 2002.

17-jun-2003 (hace 22 años 2 días)
Cuando los cerdos se encuentran ante una situación de estrés amenazante, reaccionan con diferentes respuestas que pueden afectar al comportamiento, sistema nervioso autónomo, neuroendocrino o al sistema inmune. Esta respuesta se conoce como respuesta de fase aguda. En estas situaciones se modifica de forma significativa la tasa de síntesis hepática de las proteínas plasmáticas, denominadas proteínas de la fase aguda (PFA) , la concentración de las cuales puede disminuir (PFA-negativas: prealbúmina, transferrina, albúmina...) o aumentar (PFA-positivas: proteína C reactiva, amiloide A se´rico, alfa1-glicoproteína ácida (GPA), inhibidores de proteasas, haptoglobina y fibrinógenos).

Las PFA pueden actuar como biomarcadores inespecíficos, pero muy sensibles, de infección, traumas o mal manejo, que pueden ser incluso predictores ya que su concentración se modifica incluso antes de la parición de los síntomas clínicos. La determinación de las PFA puede, pues, ayudar a identificar los factores que provocan mayor estrés en los cerdos y, en consecuencia, evaluar y mejorar los sistemas productivos así como ser utilizados como marcadores de calidad en matadero garantizando la ausencia de situaciones de fase aguda en matadero causadas durante el transporte o por infecciones.

Investigadores españoles realizaron un estudio sobre la relación entre las PFA y los rendimientos zootécnicos y calidad de la canal determinando los niveles de pig-MAP* en explotaciones de diferente sanidad y manejo, en transportes de diferente duración y calidad y los niveles de pig-MAP y haptoglobina en situaciones de estrés inducido.

Los resultados indicaron que: *pig-MAP es una PFA de tipo 1 descrita por investigadores de la Universidad de Zaragoza (España), la concentración de la cual puede aumentar de 20 a 30 veces respecto a la concentración basal (0,3 a 0,8 mg/l) ante una inflamación experimental provocada por la inyección de aceite de trementina, llegando a su máximo a los dos días y disminuyendo hasta recuperar los valores originales a los 10 a 12 días del inicio de la respuesta de fase aguda.