¿Existe variabilidad en la patogenicidad de cepas de circovirus porcino tipo 2?

Joaquim Segalés
05-sep-2006 (hace 17 años 7 meses 19 días)

El circovirus porcino tipo 2 (PCV2) es un virus ubicuo que ha sido hallado en todos los países donde se ha buscado, sea en el cerdo doméstico o bien en el jabalí. Este virus se describió inicialmente en el año 1998, después de la secuenciación de un “circovirus porcino” aislado de cerdos con una enfermedad aparentemente nueva, el síndrome multisistémico del desmedro post-destete (postweaning multisystemic wasting syndrome, PMWS), actualmente también conocida como circovirosis porcina (CP). Los estudios retrospectivos realizados hasta el momento han demostrado que PCV2 lleva siendo un agente ubicuo desde hace muchos años, por lo que su existencia es muy anterior a la descripción inicial de la CP.

Durante muchos años, esta curiosa situación epidemiológica ha chocado frontalmente con las posibles explicaciones de que PCV2 pudiera ser considerado el agente causal de una enfermedad. No obstante, a día de hoy existe suficientemente consenso sobre que la CP es una enfermedad multifactorial donde la infección por PCV2 es un evento totalmente necesario pero no suficiente para la generación del cuadro clínico. Es más, se han descrito algunos factores de riesgo que pueden ayudar a “desencadenar” enfermedad en cerdos infectados con PCV2.

Por otro lado, ya desde el principio de los estudios con este virus, se sugirió la posibilidad de que la existencia de distinta patogenicidad entre cepas de PCV2 podría explicar algunos de los interrogantes que a día de hoy se mantienen en relación a la epidemiología de la infección por este virus. La propagación de cepas víricas más patógenas permitiría explicar la eclosión mundial, continental, nacional o regional de las enfermedades asociadas a la infección por PCV2, y más concretamente la CP. No obstante, la muy elevada similitud nucleotídica entre distintas cepas de PCV2 detectadas en todo el mundo (homologías superiores al 94%) previno el estudio en detalle de esta posible variabilidad patogénica.

No obstante, la re-emergencia de la CP como una enfermedad muy significativa en Canadá y la extensión importante del proceso en los Estados Unidos ha reavivado el interés para determinar la existencia de cepas de PCV2 más patógenas que otras. Existen dos estudios que apuntan hacia esta dirección en la actualidad. Uno de ellos corresponde a un estudio epidemiológico realizado en Canadá, en el cuál, a partir de 2004 (inicio de la epizootía de CP más importante en este país desde la descripción del proceso), se detecta con mayor frecuencia una cepa con un patrón electroforético concreto (por restriction fragment length polymorphism, RFLP) asociado a los casos de enfermedad graves. El segundo estudio, de tipo experimental, permitió detectar grados lesionales distintos en cerdos infectados con dos cepas de PCV2, teóricamente de baja y alta virulencia (aisladas de granjas sin y con circovirosis porcina); no obstante, en ningún caso se generó enfermedad clínica en los animales experimentalmente inoculados.

La controversia en relación a la posible distinta patogenicidad de las cepas de PCV2 viene aportada por estudios de biología molecular y filogenéticos. Como ya se ha comentado, las distintas cepas de PCV2 presentan una homología nucleotídica superior al 94%, lo que indica una similitud muy grande entre los distintos aislados a nivel mundial. Estudios filogenéticos realizados en Francia, Holanda y España han mostrado que aparentemente no existe un marcador de virulencia en el genoma del virus, dado que cepas prácticamente iguales genéticamente se pueden aislar de granjas con y sin CP. Por otro lado, un estudio experimental ha demostrado que una cepa de PCV2 procedente de un cerdo sano de un país que, en el momento de aislamiento del virus (1993), no había descrito casos de CP (Suecia) es capaz de generar enfermedad clínica en condiciones experimentales (con un modelo de co-infección con PCV2 y parvovirus porcino). Por tanto, a raíz de este trabajo, se concluyó que, probablemente, cualquier cepa de PCV2, en las condiciones adecuadas, es potencialmente capaz de producir CP.

Definitivamente, la posible variedad en patogenicidad entre cepas de PCV2 es aún un tema abierto y de amplio debate, que continúa siendo ampliamente estudiado en la actualidad y que probablemente se dirimirá en los próximos años.