Preparémonos para ver un aumento del coste de producción

Dennis DiPietre
08-feb-2021 (hace 3 años 2 meses 8 días)

Bienvenidos al 2021, un año en el que ya están teniendo lugar una serie de eventos generadores de riesgo que van a reducir el beneficio de muchos productores de carne en todo el mundo. La primera consecuencia será el aumento de los costes de producción, consecuencia tanto de desastres naturales (la extensión de la sequía) como de nuevas políticas gubernamentales. Hay una especie de sinergia negativa entre estos factores que hará que el aumento de coste sea mayor del que cabría esperar si sólo se produjera uno de ellos. Podemos empezar hablando sobre el precio de los cereales en EEUU y a nivel global.

Según un informe muy reciente del USDA, la combinación de destrucción de cultivos por los fuertes vientos conocidos en EEUU como "derecho" en Iowa durante 2020 y un inesperado aumento del uso de las existencias de maíz de 2020 hizo subir el precio del maíz en EEUU. El fenómeno meteorológico "derecho" probablemente redujo la producción estadounidense en un 1-2%. El aumento inesperado del uso del maíz para alimentación animal en 2020 (principalmente causado por los cerdos de engorde mantenidos a la espera de la reapertura de los mataderos) redujo el maíz almacenado en casi el 4%. Estos eventos produjeron una reducción total de la oferta (de la cosecha de 2020 y de las anteriores) de aproximadamente un 2,5 % cuando se ponderan conjuntamente. El resultado fue una reducción de los "días de uso" restantes de 42 a 39. Esto es una estimación de lo que queda disponible para un uso normal proyectado de la cosecha de 2020 por todas las fuentes. Hay una gran relación entre el precio y los "días de uso" restantes. Actualmente, el total de días de uso restantes son consistentes con un precio de 4,50 $/bushel (177 $/Mt). Las ofertas en efectivo actuales en Iowa están justo por encima de los 5,00 $/bushel (196,5 $/Mt) y muchos analistas ven probable que el maíz llegue a los 6,00 $ a principios de verano o antes, si el tiempo en primavera no es perfecto para la siembra.

El aumento de exportaciones de maíz, especialmente a China también está vaciando las reservas estadounidenses a medida que China empieza a salir del desastre de la PPA que empezó a finales del verano de 2018. Podemos esperar que sigan las grandes compras si las estrategias de repoblación tienen éxito. En un artículo previo explicábamos cómo saber realmente la evolución de la recuperación de la producción observando el precio del cerdo en China. En este momento el patrón del precio no es un reflejo claro de avances o retrocesos importantes en la repoblación, pues es muy irregular. Si a esto se le añaden las interrupciones logísticas asociadas a los protocolos de "tiempos de guerra" en las regiones donde resurge la COVID-19 (mayoritariamente alrededor de Beijing) obtenemos una imagen un poco confusa. El patrón estacional de mayor consumo en China se produce alrededor de su Año Nuevo, por lo que es probable que el aumento de la demanda junto a la escasez de suministros mantenga el precio muy alto por el momento. Si siguen altos en verano, habrá que cuestionarse el éxito de la repoblación.

Con Trump fuera de la presidencia, los globalistas están en ascenso en todo el mundo y esto dará como resultado un aumento persistente del precio de las materias primas, empezando por la energía y pasando rápidamente a las materias para pienso (y todo lo demás). Una de las estrategias del actual gobierno estadounidense es encarecer el precio de los combustibles fósiles y, de este modo, ahogarlos mientras se subsidia el camino hacia energías alternativas. Uno de las primeras acciones de la administración Biden fue cancelar un importante proyecto de oleoducto, cuyo informe de impacto ambiental ya estaba totalmente aprobado, desde las regiones de esquisto del oeste de Canadá hasta los puertos de exportación y refinerías del sur de EEUU. Esto forzará a los canadienses a reducir la producción de petróleo y enviarlo a través de métodos de transporte más costosos y peligrosos (trenes y camiones) por rutas alternativas hacia el oeste, a través de las montañas.

Además, la administración Biden detuvo todos los nuevos arrendamientos de tierras gubernamentales para producir petróleo de esquisto (mediante el fracking), que proporciona tanto petróleo como gas a un coste bajo. Actualmente la mitad del petróleo de EEUU y dos terceras partes, o más, del gas natural, se producen mediante el fracking. Se ha estimado que detener todo el fracking en tierras federales reduciría la oferta en, aproximadamente, un 25 %. Se espera que los precios del petróleo vuelvan a subir lentamente hasta los 100 - 150 $/barril si estas órdenes no se detienen o ralentizan mediante litigios. A esto hay que añadir la promesa de que no se construirá ninguna planta más que genere electricidad mediante carbón (el gobierno lo hará demasiado caro).

Nos guste o no, los combustibles fósiles impulsan todo lo relacionado con la energía y actualmente representan alrededor del 90% de la energía utilizada en EEUU. Si no se dan prisa en imponer algunos de los prometedores nuevos métodos de producción de energía nuclear, cabe esperar que los costes de alimentación, y la mayoría de los otros costes, incluido el de exportar carne de cerdo por tierra y mar, aumenten sustancialmente a corto y largo plazo, reduciendo los ingresos al mismo tiempo que aumentan los costes. Como se ha mencionado, estas políticas serán una especie de multiplicador de los daños económicos ocasionados por los desastres naturales, como las sequías emergentes que se están produciendo lentamente en todo el mundo y que ya están reduciendo significativamente la producción de materias primas.

Preparémonos para el restablecimiento de una gran cantidad de regulaciones que retrasarán la modernización de la tecnología de producción y aumentarán sus riesgos asociados, cuando las normas federales que afectan directamente a la comunidad agrícola (por ejemplo la legislación hidrológica de EEUU, WOTUS del inglés Waters of the US regulations) sean probablemente modificadas, de forma inversa a las simplificaciones de la administración Trump, volviendo a crear un conjunto opaco de leyes que favorecen un ecosistema de abogados y consultores que elevan tanto el coste como los riesgos de cualquier nueva inversión en agricultura. Todo esto se produce mientras la producción porcina estadounidense permanece peligrosamente cerca de la capacidad límite de sacrificio y procesado. Pese a ello, el mercado de futuros es muy optimista y los cerdos para engorde se están vendiendo al mejor precio. No lo entiendo, pero estoy dispuesto a recibir una lección si me equivoco. ¡Bienvenido a 2021, justo cuando estabas tan contento de que 2020 hubiera acabado!