Bioanglo: la planta cordobesa que convierte residuos porcinos en energía, fertilizante y créditos de carbono

1 de diciembre de 2025 | Bioanglo | Argentina

01-dic-2025 (ayer)

Energía para un sistema productivo en expansión

El Ing. Agr. Marcos Torres, presidente de la firma, explica que el proyecto nació para resolver una necesidad concreta: la falta de energía estable en zonas rurales donde crecían simultáneamente la granja porcina, la planta de alimentos y los sistemas de riego.

Vimos que la infraestructura eléctrica no acompañaba el desarrollo productivo. Había que pensar distinto”, señala Torres. La respuesta fue Bioanglo: un biodigestor de tecnología alemana que, mediante fermentación anaeróbica, transforma los efluentes en biogás. Ese biogás luego se utiliza como combustible para generar electricidad dentro del propio sistema.

El proceso deja como subproducto el digestato, un fertilizante orgánico que se aplica en los mismos campos que producen el maíz destinado a la alimentación animal, cerrando un circuito de economía circular.

Certificación internacional y acceso al mercado de carbono

La planta dio un salto clave al obtener la certificación de Climate Action Reserve (CAR), convirtiéndose en la primera de Argentina y Sudamérica autorizada a comercializar créditos de carbono en mercados como el de California.

Al principio no buscábamos emitir bonos de carbono, pero el proyecto avanzó rápidamente. Estar listados en un registro internacional transparente abre una oportunidad comercial y valida nuestro enfoque”, apunta Torres.

Si bien aún no implica un ingreso determinante, sí marca una tendencia: la sustentabilidad como condición creciente para competir y exportar.

Residuos porcinos que se transforman en valor

Para los sistemas porcinos, Bioanglo es un ejemplo concreto de cómo los residuos pueden convertirse en insumos productivos. “Las granjas generan altos volúmenes de efluentes que requieren manejo. Una planta como esta permite transformarlos en energía y fertilizante, con beneficios ambientales y operativos”, detalla Torres.

Córdoba ya cuenta con normativas para el aprovechamiento agronómico de residuos pecuarios, pero este modelo avanza un paso más al integrarlos en un sistema energético y comercial.

Inversión, desafíos financieros y visión a largo plazo

Torres señala que este tipo de plantas requieren inversiones significativas y, de ser posible, apoyo estatal. “Intentamos ingresar en las rondas Renovar, pero no obtuvimos financiamiento. El acceso al crédito y a incentivos es clave para facilitar estos desarrollos en el sector”, explica.

La planta fue diseñada en módulos, lo que permite ampliar capacidad y sumar nuevos sustratos en el futuro. La empresa evalúa avanzar hacia la producción de biometano para inyectar en redes de gas.

Innovación desarrollada en Córdoba

Aunque la tecnología central proviene de Alemania, el diseño, adaptación e implementación del proyecto estuvo a cargo de una empresa cordobesa. El enfoque estuvo en adecuar equipos de alta complejidad al contexto productivo local con criterios de eficiencia, durabilidad y seguridad.

El agro como actor de la transición energética

Torres destaca que el sector agropecuario tiene una ventaja estratégica: puede generar créditos de carbono a partir de procesos productivos. “En un escenario global que demanda reducción de emisiones, el agro puede convertirse en proveedor de soluciones”, afirma.

Bioanglo muestra que la producción intensiva, bien gestionada, puede integrarse a la transición energética y mejorar su competitividad al mismo tiempo.